Lo primero que hay que saber es que una exposición oral no se improvisa. Para tener éxito debemos prepararla con cuidado y varios días de antelación.
Para empezar, debemos elaborar un guión. El guión es un esquema que recoge los puntos esenciales que se van a explicar y el orden en que se va a hacer. Tiene la ventaja añadida de ayudarnos a no olvidar nada o quedarnos en blanco con los nervios. Pero debe ser breve, del tamaño de una cuartilla como máximo.
La exposición o discurso debe organizarse del siguiente modo:
- Saludo y presentación del tema. Por ejemplo: “A continuación os hablaré de …, un pintor del Renacimiento italiano, que vivió en Florencia y en Roma en el siglo XVI”.
- Ideas fundamentales (en este caso, las obras de arte). Por ejemplo: “Las obras más importantes son las que os presento ahora, empezando por ésta que veis aquí y que se titula… Fue pintada por encargo de … y representa a… Es muy importante porque…”
- Conclusiones. Se deben resumir las ideas principales o añadir una frase de despedida. Por ejemplo: “Por todo ello, … fue uno de los artistas más importantes de su época y espero que os hayan gustado sus obras”
Una vez que hayas preparado tu discurso, y el guión que te va a ayudar, conviene ensayar la presentación varias veces y en voz alta. Una muy buena idea es practicar con público, así te acostumbrarás a tener gente frente a ti, y el día de la exposición ya no estarás nervioso. Para ello hay varios trucos: habla frente a un espejo, o mejor aún, pide a algún amigo o familiar que haga de público. Si no sabe nada del tema y al final ha aprendido cosas, es que lo has hecho bien!
Dos cosas importantes: dar una charla NO consiste en leer en voz alta. Debes mirar al público (el guión es sólo una ayuda para casos de emergencia). Puedes escoger a tres o cuatro amigos y mirarles a ellos mientras das el discurso, como si estuvieras hablando con ellos en el recreo, así te sentirás más cómodo y tranquilo. Y no te aceleres, habla a una velocidad normal y vocalizando bien. Puedes ayudarte también del volumen de la voz, enfatizando las partes más importantes de la charla.
Otra cuestión a controlar son los gestos: no debes estar rígido pero tampoco moverte demasiado (frotarse las manos o jugar con el pelo, por ejemplo), porque ambas cosas demostrarían que estás nervioso. Así que intenta tener un aspecto natural, moviéndote lo necesario, por ejemplo para señalar en la pantalla el cuadro del que hablas, o escribir en la pizarra algún nombre que necesites. Para ello, como siempre, lo mejor es llevarlo bien ensayado.
Podéis repasar los consejos en AulasTIC.
Seguro que lo hacéis muy bien, ánimo y suerte!
Si tenéis dudas, ya sabéis mi correo: blogeducativo08@gmail.com
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